domingo, 29 de marzo de 2020

La historia del avión

Los planeadores eran unos artefactos capaces de mantenerse “flotando” o sustentados en el aire durante un cierto tiempo aprovechando las corrientes ascendentes de aire caliente. Pero no podían despegar por sí mismos, al carecer de motor, debían ser arrastrados en su “despegue” por caballos o lanzados desde un punto elevado.
El primer hombre en volar en un planeador fue el cochero y ayudante de George Cayley, tripulante de un planeador construido por este científico británico: un artefacto que aterrizaba mediante un juego de ruedas con radios de alambre.
A bordo de aquel artilugio el aterrado personaje se convirtió en el primer hombre que volaba, cosa que hizo sobre los alrededores de Scarborough, en el Yorkshire inglés un día de 1853.

historia del avión planeador
Avión planeador de George Cayley

G.Cayley especificó y puso las bases para el diseño de un aeroplano e ideó un aparato de alas fijas dotado de fuselaje, cola y timón y accionado por motor. Realizó los primeros estudios en estabilidad longitudinal y lateral, en aerodinamicidad y en cuestiones relativas al movimiento del centro de gravedad, ocupándose también de la superposición de alas o triplanos.
Fue el primero en ver la necesidad de principios básicos para la aeronáutica: suspensión, fuerza motriz para vencer la resistencia del aire y control en vuelo, a cuyo fin fabricó un motor de combustión interna que funcionaba con explosiones de pólvora, aunque no lo suficientemente ligero ni con potencia bastante para ser incorporado a un aeroplano.
Muy cerca de la playa de Kitty Hawk, en Carolina del Norte, tuvo lugar una increíble hazaña que cambiaría para siempre las bases de la aeronautica Orville y Wilbur Wright realizaron con éxito el primer vuelo de la historia, a bordo de un complejo aparato de aire propulsado: el primer avión de la historia. El viaje inaugural duró exactamente 12 segundos y cubrió una distancia de 36 metros. Un logro que ahora parece poca cosa, pero que por aquel entonces supuso toda una revolución. Detrás de este cambio se encuentran muchos años de dedicación y trabajo, en el que los hermanos Wright demostraron una pasión exacerbada por el mundo de la aviación.
¿Cómo se forjó el proyecto de los hermanos Wright?
Así era el primer avión de la historia.
Wilbur Wright y el aviador Paul Zens.
Representación del avión de los hermanos Wright.
Características principales del avión
Así era el primer avión de la historia.
El primer avión de la historia era de lo más inseguro.

Orville y Wilbur nacieron en la pequeña localidad de Dayton, en Ohio. A pesar de no asistir nunca a la universidad, sí mostraron desde muy pequeños una capacidad técnica extraordinaria. Que finalmente les condujo a abrir su propia tienda de fabricación y reparación de bicicletas. Sin embargo, este fue solo un medio para conseguir realizar su auténtico sueño: construir el primer avión del mundo. Después de ganar el dinero suficiente e investigar en profundidad sobre la materia, los hermanos Wright probaron el que sería el primer boceto de la máquina final. Aunque sin muchos resultados.
Tras meses de práctica y experiencia, uno de los planeadores biplaza construidos superó todas las expectativas, dando alas al que sería el proyecto que les catapultó a la fama. Las piezas del primer avión fueron transportadas por pedazos hasta la base de Kitty Hawk, siendo necesarios varios intentos para alcanzar la gloria. Finalmente, el 17 de diciembre de 1903, frente cinco afortunados testigos, los hermanos Wright lograron dominar el espacio aéreo.
Antecedentes del primer aviónAsí era el primer avión de la historia.
Aunque ellos siempre serán considerados como los inventores de la primera aeronave, existieron antes otras grandes mentes con la misma perspectiva. El mismísimo Leonardo Da Vinci dibujó en una de sus obras el primer diseño del avión moderno, aunque no existen pruebas de que este levantara el vuelo. Otros visionarios como Francois de Rozier, Alberto Santos Dumont o Sir George Cayley crearon también algunos prototipos y artilugios no funcionales que seguramente inspiraron el trabajo de Orville y Wilbur.
Los ejemplares actuales poco tienen que ver con aquel avión inaugural. La comodidad y la rapidez que hoy son consideradas dos piezas clave del servicio, brillaban por su ausencia en la creación de los hermanos Wright. No tenía asientos y el ocupante debía permanecer tumbado durante el viaje. Carecía también de tren de aterrizaje y utilizaba dos esquís para relajar el descenso. Luego, mediante un sistema de poleas, el piloto conseguía variar la inclinación de las alas para poder girar.
A pesar de la presencia de dos hélices de gran envergadura, el avión no tenía la potencia suficiente para despegar por sí solo. ¿La solución? Una herramienta parecida a una enorme ballesta que propulsaba la máquina. Todo esto frente a una estructura de madera y tela sin ningún tipo de seguridad. Una hazaña de lo más peligrosa, pero que sin duda mereció la pena arriesgar.

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